La telemedicina ha avanzado mucho en estos últimos años, sobre todo a raíz de la COVID-19, que ha multiplicado el número de teleconsultas. Sin embargo, aún le queda un gran reto al que hacer frente: la brecha digital. Es fundamental que este servicio llegue a las áreas remotas como lo son las zonas rurales donde, en ocasiones, no se cuenta con servicio de salud y vive uno de los colectivos más vulnerables: las personas mayores. De esta manera, se podría conseguir la igualdad en el acceso a la atención sanitaria.
En este sentido, la primera barrera con la que se encuentra la telemedicina es la falta de tecnología o de servicios de Internet. Por eso, en Eurona trabajamos para llegar a las zonas donde otras tecnologías no llegan gracias a Internet vía satélite.
¿Qué otros beneficios aporta la implantación de la telemedicina en zonas rurales?
Las consultas virtuales en zonas despobladas o remotas mejoran la vida de las personas que viven allí y se convierten en una herramienta clave para la gestión de la salud, demostrando múltiples ventajas:
- Rapidez en los diagnósticos y tratamientos, reduciendo la necesidad de traslados innecesarios y los ingresos hospitalarios.
- Desaparición de las limitaciones de acceso a los servicios, ahorrando en los costes de desplazamiento.
- Facilidad en el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas, mejorando la continuidad asistencial.
- Establecimiento de un nuevo modelo de relación entre el sanitario y los pacientes, permitiéndoles una mayor participación en los procesos de salud.
Si vives en zona rural, tal vez hayas asistido a consultas virtuales durante la pandemia, ¿cómo ha sido tu experiencia? ¿Se te ocurren otros motivos por los que apoyar el uso de la telemedicina en zonas rurales? ¡Cuéntanos!
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